Al amanecer despiértate
con un corazón ligero
y da las gracias
para ese día nuevo
en que se te permitió amar.
Día tras día, haz de tu vida
tu templo y tu religión.
Haz por sostener tu corazón
en la maravilla de los milagros
diarios de tu vida.
Es por el rocío
de las pequeñas atenciones
que tu corazón vuelve a ser
matutino y refrescante.
Tu cuerpo es el arpa de tu alma
A ti te toca sacar
sonidos armoniosos
o disonantes.
Tú das poco cuando
das de tus bienes
Pero es cuando das de ti mismo
que das de verdad.
Si quieres librarte de un temor
acuérdate que ese temor
está en tu corazón
y no en la mano que estas temiendo.
Gibrán Kalhil Gibrán
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